«Así como una coma cambia una frase, una simple actitud cambia una historia»
Me como las comas al escribir. No es que yo quiera, pero me las como. Dicen que es parte de una dislexia que puede ser que tenga y que también me hace alterar el orden de letras, números y leer lo que no es, a veces.
Pero tengo mi carrera, mis másteres y soy lectora empedernida desde la adolescencia. Ósea leída soy, no es cuestión de reiterar, ni fijarme mucho más, simplemente hay cosas que se hacen invisibles a mi mirada y que necesito mucha atención y paciencia para verlas, y no siempre tengo estas cosas, ni juntas ni por separado.
Alguna gente dice que lo llevo muy bien, que yo no me sulfuro mucho por hacer frases sin comas, o darle la vuelta a una palabra, como se esperaría de alguien con un nivel intelectual y que además dedica parte de su tiempo a escribir.
No, no me sulfuro, por esto no, quizá me resulta pesado porque tengo que revisar varias veces lo que escribo, pero creo que voy aceptando con el paso de los años mis defectos, mis imperfecciones y algunas para mí, son menos graves, ésta la tildo de nivel bajo. Aunque sé que algunas personas las llevan al «top ten» y reconocen que no podrían estar con alguien que no ponga tildes o tenga faltas ortográficas. Somos así de variopintos, habrá un tanto por ciento, espero que suficiente, que lo tolere, y por tanto me tolere. Cómo decía, esto lo llevo con deportividad, otras cosas, como mi mal genio, por ejemplo, está en la cúspide, en lo más alto y aceptarlo me duele un poquito más.
Quiero decir que una coma, cambia el sentido de una frase, y que la actitud el sentido de una historia, y yo estoy queriendo cambiar el sentido de la mía. Así que después de la cantidad de cosa, que si tengo, la cantidad de cosas en las que atino, y la cantidad de todo lo que tengo la suerte de disfrutar, confieso que quizá algún día ponga las comas en su sitio, pero mientras tanto acepto que el error y lo no perfecto tenga su espacio.
Lo mismo algún día desmantelo mis vaivenes disléxicos, pero mientras, bailo con ellos ofreciendo versiones varias de una misma historia, al son de una coma.