Una invitación que hago a las personas con las que trabajo es que aprendan a conocerse, y no sólo a conocer cómo son ellos en particular, sino cómo es eso “de ser humano”.

Para funcionar mejor, a veces necesitamos aprender a saber cómo es nuestra naturaleza para no remar en contra.

Hoy os invito a sumergirnos algo más en el conocimiento de los hemisferios cerebrales, este equipo que nos permite tener una visión más amplia de la realidad, y funcionar de manera más integral a la hora de enfrentar los retos que se nos presentan en la vida

Para emprender, dar lo mejor de nosotros a nivel profesional, o dirigir un negocio, necesitamos poder utilizar todo nuestro potencial y no dejar de lado ninguna parte de nosotros. Muchas de las personas que conozco en el mundo de la empresa, suelen decir que la razón práctica y el olfato son necesarios para la toma de decisiones. Necesitamos tener capacidad analítica y también creativa, necesitamos información y también sabiduría, y en eso veremos cómo tienen mucho que ver nuestros hemisferios cerebrales.

Fue Roger Wolcott Sperry filólogo, zoólogo y psicólogo estadounidense, quién demostró la especialización funcional de cada uno de los hemisferios cerebrales, consiguiendo el premio nobel de medicina en 1981 por dicho trabajo.

El hemisferio izquierdo controla a nivel motor la parte derecha de nuestro cuerpo, y procesa la información de forma lógica, lineal y binaria (esto o lo otro, sí o no, bien o mal, antes o después): analiza, cuenta, mide, planea, organiza paso a paso. Piensa en palabras y números. Se focaliza en el detalle y su análisis. Este hemisferio emplea un estilo de pensamiento convergente, obteniendo nueva información al usar datos ya disponibles, formando nuevas ideas o datos convencionalmente aceptables.

El hemisferio derecho controla a nivel motor la parte izquierda de nuestro cuerpo. Procesa la información de manera divergente, creando una variedad de ideas nuevas, más allá de los patrones convencionales. Se dice por ello que es el hemisferio creativo, que hace conexiones fuera de esquemas, y que nos proporciona señales en forma de insight o intuiciones. Trabaja la percepción global, no analiza la información sino la sintetiza intentando comprender las pautas o gestales que se dan.

Es un hemisferio izquierdo habla con palabras o números, el derecho expresándose en imágenes, sentimientos, percepciones no descriptibles con palabras.

Ambos hemisferios están ahí para cumplir su función, y necesitamos de ambos para realizar cualquier tarea, sobre todo las complejas. Están unidos por un cuerpo calloso que los comunica. Ninguno es más importante que otro, aunque en nuestra sociedad y a través de nuestro sistema educativo se le haya dado mayor importancia y potenciado el hemisferio izquierdo.

Comúnmente el hemisferio derecho está reprimido en pos de una cultura que valora en demasía la información, el análisis y las soluciones lógicas.  Sin embargo, en la vida todo no es explicable desde un punto de vista secuencial, hay muchos aspectos de nuestra realidad complejos y que no podemos describir sin más, que no los podamos describir lógicamente no significa que no existan.

Lo interesante es saber que a veces en lugar de utilizar todos nuestros recursos, miramos la vida sólo con un ojo cuando tenemos dos que nos permiten tener una visión más integral de la realidad. La clave está en la integración, en utilizar ambos de manera complementaria.

Para que nuestro cerebro funcione y lo haga con armonía, necesitamos reequilibrar, bajar el funcionamiento de nuestro hemisferio izquierdo,  que está hiperutilizado en muchas ocasiones, donde no paramos de palabrear la vida y dar vueltas a nuestra cabeza incluso fuera de nuestro control, y potenciar nuestro hemisferio derecho ayudando a sacar nuestra capacidad creativa e intuición.

La metodología que comúnmente uso en talleres y sesiones individuales para equilibrar y potenciar nuestros hemisferios, son herramientas de creatividad, herramientas de on-off y la meditación. Ésta última es una clave para integrar ambas partes de nosotros, regenerar el izquierdo, darle espacio al derecho.

Estos hemisferios nos invitan a vivirnos como seres humanos completos y desarrollar todo nuestro potencial,  como dice Iam McGilchirst “Así como tenemos dos ojos que ven desde dos ángulos diferentes, dándonos la posibilidad de ver en profundidad, tenemos dos cerebros que nos ofrecen maneras de ver complementarias. Procesan la información de manera diferente, para que podamos hacer una síntesis entre la voz de la sabiduría y la de la razón práctica”.

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